PICASSO Y SU TAUROMAQUIA REVISITA LA OBRA GRÁFICA DE GOYA

En el museo Goya de Zaragoza, se expone hasta el 29 de octubre, «la Tauromaquia: pasión e innovación» Francisco de Goya y Pablo Picasso.

La exposición se compone de veintiséis aguatintas al azúcar grabadas sobre cobre realizadas por el artista para ilustrar el libro “La Tauromaquia o arte de torear de Pepe Illo”, la portada realizada en la técnica de la punta seca, 2 estampas adicionales con el tema del picador y 10 imágenes tomadas por el fotógrafo americano David Douglas Duncan, durante el proceso de creación de La Tauromaquia por Picasso.

Lola Durán y Rafael Inglada, comisarios de la exposición, y Rosario Añaños, directora del Museo Goya; han sido los protagonistas en la presentación de este encuentro entre dos genios de la pintura española y universal.

Juan Carlos Sánchez, jefe de la Obra Social de Ibercaja; Magdalena Lasala, coordinadora general de la exposición y responsable del Programa de Educación y Cultura de la Obra Social de Ibercaja; Lola Durán y Rafael Inglada, comisarios de la exposición, y Rosario Añaños, directora del Museo Goya.

Goya y Picasso son los artistas que mejor comprenden y expresan el mundo de los toros en un país y unas épocas en las que el eje de la sociedad pasaba por los ruedos.

Francisco de Goya

Goya trabajó la serie de grabados de la “Tauromaquia” entre 1814 y 1816, en un momento en el que había realizado las colecciones de las copias de Velázquez y los Caprichos, y estaba metido en la creación de los desastres de la Guerra, simultaneando ambas series en algunos casos.

El pintor aragonés muestra una visión histórica de la tauromaquia en España desde la antigüedad. Puso en relieve las diferencia entre las dos escuelas de toreo que dominaban el panorama en la época, la navarro- aragonesa, con el Estudiante de Falces, Juanito Apiñani y Martincho por un lado, y la sevillana por otro, con Pepe Illo y Pedro Romero. Además, representó las diferentes suertes del toreo. Inicialmente grabó 33 planchas, aunque siete cobres fueron trabajados en el anverso y reverso, composiciones desechadas por el artista que no forman parte de la primera y segunda edición, pero que fueron incorporadas a las sucesivas.

Goya también fijó su atención en Pepe Illo, que con la colaboración de José de Tixera en la redacción, publicó por primera vez en Cádiz, en 1796, un texto en el que el torero sevillano quería establecer los cánones de la torería. Un tratado didáctico y regulador de lo que se consideraba la pureza del toreo. Le dedicó dos estampas: “Pepe Illo haciendo el recorte del toro” y “La desgraciada muerte de Pepe Illo” en la plaza de Madrid, además el diestro puede también identificarse en al menos tres de las estampas descartadas.

Pablo Picasso

Pablo Picasso fue aficionado a las corridas desde la infancia ya que su padre, Don José Ruiz Blasco, le llevaba a la plaza tanto en Málaga como en La Coruña. La figura del toro y el torero fascinaron desde el primer momento al artista y el tema de sus primeras obras, tanto en pintura como en escultura y grabado fueron picadores.

Anna Maria Torra, Mariuccia Galfetti, Gustau Gili Esteve y Gustau Gili Torra con Pablo Picasso viendo pruebas de La tauromaquia en La Californie, Cannes, 1957.

A lo largo de su trayectoria, la fiesta estuvo presente en su vida y su obra; siempre tuvo contacto con toreros, e incluso cuando fija su residencia en el sur de Francia intentó recuperar el espectáculo de la corrida y buscó el contacto con aquellas personas relacionadas con el mundo taurino en Arles, Vallauris o Fréjus.

En 1928, Gustavo Gili y Roig pidió a Picasso que realizase las planchas para una edición de bibliofilia de “La Tauromaquia o arte de torear de Pepe Illo”, encargo que entusiasma al pintor malagueño, tanto por su devoción por la fiesta taurina, como por su profunda admiración al genio de Goya, y especialmente a su obra grabada. En ese momento Picasso realizó siete aguafuertes. Tras muchos avatares, Picasso recibió en Cannes, en 1956, la visita de Gustavo Gili, hijo, con el fin de renovar la idea del proyecto de la tauromaquia iniciado por su padre.

En 1957, el artista realizó en los sótanos de su villa “La Californie”, la punta seca y las veintiséis augatintas sobre cobre que ilustrarán el libro. La Tauromaquia (La Cometa. Gustavo Gili) fue publicado en 1959 en Barcelona. Ilustrado por Picasso, impreso por los talleres de la Sociedad Alianza de Artes Gráficas (SADAG), por talleres de Jaume Pla, de Barcelona y por Atelier Lacouriere. En enero de 1960 se exhiben las 26 aguatintas originales en la Sala Gaspar de Barcelona y en febrero del mismo año llega un ejemplar de la carpeta de La tauromaquia, al Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga.

En la realización de esta exposición han colaborado El Museu Picasso de Barcelona, La Fundación Picasso-Museo Casa Natal de Málaga, la Galería Antonio de Suñer de Madrid y el archivo fotográfico de Edward Quinn.

Reservados todos los derechos, en favor de sus propietarios.

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